
Cada segundo sábado de junio se celebra el Día Mundial del Gin, una fecha que rinde homenaje a esta bebida aromática, versátil y con siglos de historia. Aunque en sus inicios fue valorada por sus propiedades medicinales, hoy el gin se disfruta como protagonista de cócteles clásicos y de nuevas creaciones que recorren el mundo.
Un poco de historia: el origen del gin
El gin tiene sus raíces en los Países Bajos del siglo XVII, donde se elaboraba una bebida llamada jenever, a base de bayas de enebro. Los soldados ingleses que combatían en territorio neerlandés lo descubrieron y lo llevaron a Inglaterra, donde con el tiempo se transformó en el gin tal como lo conocemos hoy.
Gin vs Ginebra: ¿es lo mismo?
Aunque en muchos países hispanohablantes se usa el término ginebra para referirse al gin, técnicamente no siempre son lo mismo. La palabra ginebra proviene del francés «genièvre» y del neerlandés «jenever», que es la bebida ancestral de la que deriva el gin moderno.
- El jenever o ginebra tradicional europea suele elaborarse con una base de cereales malteados fermentados, lo que le otorga un perfil más redondeado. Es típica de Países Bajos y Bélgica.
- El gin moderno, especialmente el London Dry Gin, se caracteriza por un sabor más seco y marcado por las bayas de enebro y otros botánicos aromáticos, destilado a partir de alcohol neutro.
En el paladar, la ginebra tradicional (jenever) suele ser más suave y redondeada, con notas maltosas derivadas de su base de cereales fermentados. El sabor del enebro está presente, pero no es dominante. Por el contrario, el gin moderno, especialmente el estilo London Dry, se caracteriza por ser más seco, intenso y con un perfil botánico mucho más definido, donde el enebro es protagonista. Esta diferencia en el equilibrio de sabores hace que cada estilo tenga su identidad propia y su contexto ideal de consumo.
De crisis a refinamiento: la «Gin Craze» en Inglaterra
En el siglo XVIII, el consumo de gin se popularizó de manera explosiva en Londres, dando origen a un período caótico conocido como la Gin Craze, que se extendió aproximadamente entre 1720 y 1751. Durante esos años, el gin se convirtió en la bebida del pueblo: era barato, fácil de producir y ampliamente accesible. Muchas veces se elaboraba en condiciones precarias, sin control de calidad, y se vendía en locales improvisados o incluso en casas particulares.
Este acceso irrestricto generó una verdadera crisis social. Se estima que, en ciertos momentos, un cuarto de los hogares londinenses producía o vendía gin. El consumo excesivo provocó graves problemas de salud pública, delincuencia, desempleo. Una de las imágenes más icónicas de la época es la del grabado Gin Lane de William Hogarth, que retrata crudamente los efectos devastadores de esta adicción masiva.
Ante esta situación, el gobierno británico se vio obligado a intervenir. Se promulgaron una serie de leyes, conocidas como los Gin Acts, que impusieron altos impuestos, licencias para productores y restricciones a la venta. Si bien al principio estas medidas generaron resistencia, con el tiempo lograron su objetivo: frenar el consumo descontrolado y encaminar al gin hacia una producción más seria y regulada.
Este punto de inflexión marcó el inicio de una transformación. El gin dejó de ser una bebida marginal para iniciar un proceso de refinamiento que lo llevó a ocupar un lugar destacado en la coctelería británica y, eventualmente, internacional. Su calidad fue mejorando, se perfeccionaron los métodos de destilación y comenzaron a aparecer estilos más sofisticados, como el London Dry Gin, que más tarde se convertiría en un estándar mundial.
El consumo en el mundo
Hoy, el gin se disfruta en todo el planeta, y ocupa un lugar especial en el corazón de los amantes de la coctelería. Se destaca particularmente en Reino Unido, donde es casi un emblema nacional, y en España, donde los Gin Tonics en copa balón y con botánicos se han convertido en un ritual.
También ha crecido notablemente en Latinoamérica, con un fuerte impulso en países como Argentina, Brasil, Chile y México, donde la creatividad de productores locales y bartenders ha generado nuevas versiones con identidad propia.
El boom del gin en Argentina
En los últimos años, Argentina ha vivido un verdadero auge del gin, especialmente en el segmento artesanal. Se estima que existen más de 400 etiquetas nacionales, con propuestas que combinan calidad, innovación y un fuerte vínculo con los ingredientes locales.
Desde la Patagonia hasta el Norte argentino, muchas destilerías están experimentando con botánicos autóctonos: yerba mate, peperina, jarilla, rosa mosqueta, enebro local, cítricos, lavanda, e incluso uvas malbec.
Este fenómeno no sólo revitalizó la escena de los destilados, sino que también se integró al turismo, la gastronomía y la cultura del cóctel.
Algunas marcas destacadas:
- Príncipe de los Apóstoles, creado por Tato Giovannoni
- Bosque (Bariloche)
- Hilbing Franke (Mendoza)
- Restinga (Mar del Plata)
- Madoc, Heráclito, Tinte y muchas más
Receta clásica: cómo preparar un buen Gin Tonic
Ingredientes:
- 50 ml de gin (London Dry o estilo botánico)
- 150 ml de agua tónica (idealmente neutra o artesanal)
- Hielo (en cubos grandes)
- Garnish: rodaja de limón o lima, pepino, romero, enebro, piel de pomelo, lavanda
Preparación:
- En una copa balón o vaso alto, colocar abundante hielo.
- Servir el gin.
- Completar con agua tónica, vertida suavemente para no perder el gas.
- Aromatizar con el botánico elegido y disfrutar.
Tip: no hay una única forma de servirlo. La clave está en buscar equilibrio entre los botánicos del gin y el garnish.
Un espíritu con historia y mucho presente
El gin es una de esas bebidas que invitan a la exploración. Cada marca esconde una receta única y cada copa cuenta una historia distinta.
Desde los boticarios del siglo XVII hasta las barras contemporáneas, el gin ha recorrido un largo camino. Hoy, en su día mundial, celebramos su diversidad, su elegancia y su enorme capacidad de reinventarse.
¿Ya tenés tu gin favorito? ¿Preferís los clásicos o las versiones con identidad local?
Descubre más desde Vinos y Pasiones - 10 años
Suscríbete y recibe las últimas entradas en tu correo electrónico.
