Todas las vendimias son, a su manera, desafiantes. Sin embargo, la de 2023 lo fue de manera particular, de la mano de heladas que afectaron a las principales zonas vitivinícolas de todo el país y temperaturas inusualmente altas en las semanas previas a la cosecha, especialmente en Mendoza.
Desde esta base, el equipo enológico de Mil Suelos ofrece un balance de su experiencia en la reciente vendimia y un análisis abarcativo que va desde Mendoza hasta Salta y Jujuy.
Un año inusual
Para Alejandro “Colo” Sejanovich, director de enología de la bodega, el principal aprendizaje de la vendimia 2023 fue, una vez más, confiar en lo que se ve en la viña y respetarlo. “Si hacés eso, siempre tenés buenos resultados. Ese aprendizaje siempre lo renuevo y lo transmito, en especial un año como éste”, asegura.
“Obviamente es un año de mermas. Las viñas produjeron sobre todo granos muy pequeñitos con pieles muy gruesas”, explica. “Fue un año de temperaturas más altas que el promedio pero tiene una particularidad que es curiosa: los vinos tienen mucha frescura. Con estos climas generalmente hay más sabores de compota, sobremaduros, pero este año eso no pasó. Paralelamente, la cosecha fue mucho más temprana y se concentró: las cepas y las distintas zonas estaban listas casi al mismo tiempo”. En ese sentido, subraya su agradecimiento a todo el equipo de Mil Suelos “por el tremendo esfuerzo que significó esta cosecha”.
Más allá de la merma, Sejanovich asegura que Mil Suelos no registró una cosecha menor que en añadas anteriores e incluso se molieron más uvas que en otros años. “Tenemos muy buena calidad en bases de espumantes y vinos blancos, también pinot y garnachas de una gran frescura, y muy buena concentración en todos los vinos”, apunta.
Mientras tanto, en relación a los eventos climáticos extremos del 2023, Sejanovich advierte que es imposible predecir si se repetirán en el futuro, aunque suele ser útil mirar hacia Europa para adivinar qué se vendrá en la siguiente vendimia argentina.
El día a día en Mendoza
Ignacio Morandini, a cargo del equipo de enología de Mil Suelos en Mendoza, también resalta la gran calidad de las uvas de la añada 2023. “Al tener menor producción, las plantas concentraron toda su energía y nutrición en los racimos que quedaron, dando uvas de alta calidad y grandes vinos”, apunta.
“En esta cosecha 2023 nos encontramos con heladas que afectaron varias zonas y algunas tormentas de granizo, más que nada en la zona Este. Se sufrieron mucho las pérdidas generales”. Morandini resalta, en este punto, las particularidades de los tiempos de madurez, que hicieron que la cosecha fuera más rápida de lo usual. “Hicimos en dos meses el trabajo que dura cuatro meses en años normales. Fue duro porque se juntaron las blancas con las tintas, haciendo que la logística de molienda fuera más compleja”, agrega.
“La bodega está en pleno crecimiento lo cual implica nuevos retos y exigencias”, continúa Morandini. “Cada vez hay más gente en el equipo para que esto se logre. Siempre cabe destacar y agradecer a todo el equipo por el logro de esta cosecha, esto es una familia donde crecemos juntos”.
En este punto, Morandini valora especialmente la colaboración del químico y enólogo vasco Iñaki Otegi, quien desde hace años colabora en las vendimias de Mil Suelos. “Fue muy importante no solo en lo enológico sino también en lo mental. Es un gran amigo que nos enseña y acompaña trayendo alegría y tranquilidad siempre en los momentos de más tensión”, relata.
Cecilia Bajuk, quien trabaja codo a codo con Morandini en el día a día de Mil Suelos en Mendoza, también coincide con él en la intensidad de la cosecha 2023 y en la gran calidad de sus resultados. “Tuvimos un año muy caluroso y eso hizo que la cosecha se adelantara casi dos semanas respecto de años anteriores. Además, eso hizo que se compactara el proceso: tuvimos dos meses de muchísimo trabajo. Pero por suerte estamos muy contentos con los resultados”, asegura.
“Siempre digo que uno nunca deja de aprender. Con los años que tengo en la industria, lo que más me entretiene es eso”, subraya. “Y este año no fue la excepción: esta es mi primera cosecha en Mil Suelos y conocí nuevos viñedos, nuevas uvas y nuevas variedades. Además también aprendí a trabajar con un nuevo equipo, por lo que fue un año muy especial”.
Las particularidades del noroeste
Diana “Tana” Bellincioni es la encargada de la enología en los vinos que Mil Suelos produce en Estancia Los Cardones, Pucará y Cachi (Salta) y en el viñedo Huichaira (Jujuy). Allí, los meses desde finales de la cosecha 2022 hasta el inicio de la 2023 estuvieron marcados por grandes picos de temperatura.
“Tuvimos una brotación bastante temprana y esto fue muy contraproducente con la entrada del frente frío en octubre, de punta a punta del país. Vimos un año en el que costó bastante la maduración, fue más lenta con una cosecha más tardía. Esto sucedió en todos los lugares de altura: Purmamarca, Huichaira, Estancia Los Cardones, Pucará y Cachi. Al principio las hileras se veían un poco desparejas en maduración pero al final el clima norteño terminó ayudando a emparejarla”, cuenta.
Para Bellincioni, la calidad de la uva este año es “increíble, con una acidez espectacular, con la fruta negra y las especias características de los vinos del norte”. En ese sentido, más allá del siempre satisfactorio malbec, resalta los excelentes resultados con cabernet franc y syrah en Huichaira, con vinos que describe como “sumamente expresivos y aromáticos pero austeros en estructura, largos en boca y con acidez refrescante”.
Descubre más desde Vinos y Pasiones - 10 años
Suscríbete y recibe las últimas entradas en tu correo electrónico.


