Familia Zuccardi: Pasión, legado y una visión infinita del vino argentino

Foto, gentileza: Familia Zuccardi


Una familia apasionada por el vino y un compromiso inquebrantable con la naturaleza, la calidad y la innovación.
Zuccardi representa mucho más que una bodega: es un símbolo del trabajo constante, del amor por la tierra y de una visión que transformó la vitivinicultura argentina.

En el universo del vino hay nombres que trascienden el tiempo. Uno de ellos es, sin dudas, Zuccardi, una empresa familiar que desde hace más de medio siglo trabaja con dedicación, sensibilidad y precisión.
Conquistaron paladares en todo el mundo y lograron elevar la producción de vino a la categoría de arte.
En esta nota, te invitamos a descubrir su historia: desde los orígenes en Maipú con el ingeniero Alberto Zuccardi, hasta el presente vibrante en Paraje Altamira con Sebastián Zuccardi y toda una nueva generación comprometida con el futuro.

Un legado que comenzó en Maipú

La historia de los Zuccardi comienza en Maipú, Mendoza, en la década del 60, cuando Alberto Zuccardi, un ingeniero visionario y apasionado, plantó sus primeros viñedos con el objetivo de probar un sistema de riego que había desarrollado. Lo que nació como una búsqueda técnica y con ganas de ganarle al desierto cuyano, se transformó pronto en una aventura familiar y una historia de amor con la vitivinicultura.

Alberto no solo sembró vides, diseminó un legado. Su determinación marcó un antes y un después. A su lado, Emma Zuccardi, su esposa, también dejó una huella imborrable. Fue una gran cocinera y anfitriona, y en honor a ese espíritu publicó un libro de recetas familiares que hoy forma parte del alma de la familia: un puente entre la cocina, la memoria y la tierra.

Su hijo, José Alberto “Pepe” Zuccardi, asumió luego el liderazgo de la bodega, aportando una mirada más integral y proyectándola hacia nuevos horizontes. En este recorrido familiar, Ana Amitrano, esposa de Alberto, tuvo un papel fundamental y hoy sigue al frente de la comercialización en el mercado argentino, manteniendo viva la conexión cercana con los clientes y consumidores locales. Su responsabilida y mirada sensible son los ingredientes perfectos para el crecimiento del proyecto.

Actualmente, la tercera generación —con Sebastián, Julia y Miguel Zuccardi— continúa ese legado con una impronta propia, combinando tradición, innovación y una profunda conexión con la tierra.

La bodega Santa Julia sigue siendo el corazón original del proyecto. Fundada en honor a la única hija de José Alberto Zuccardi. Ubicada en Maipú, Mendoza, Santa Julia ha sabido posicionarse como una de las bodegas más importantes del país, desarrollando líneas que reflejan frescura, equilibrio y una excelente relación calidad-precio, sin dejar de lado proyectos más experimentales y orgánicos que exploran nuevas formas de entender el vino argentino.
Conforman el equipo de Bodega Santa Julia: Rubén Ruffo, jefe de enología y Edgardo Cónsoli, gerente agrícola.
Desde este espacio se llevan adelante experiencias de enoturismo, educación y gastronomía.
Es un lugar que transmite historia, valor por los productos locales y cercanía.


Educación y desarrollo comunitario

La familia Zuccardi integra la responsabilidad social y ambiental en su modelo de negocio, fortaleciendo su impronta y contribuyendo al desarrollo sostenible de la comunidad. Para eso tiene diferentes programas:

  • Finalización escolar: La bodega promueve programas que permiten a sus empleados y sus familias completar la educación primaria y secundaria. Colabora con escuelas locales en Maipú, Santa Rosa y el Valle de Uco para fortalecer la educación en la región.​
  • Jardines maternales: Santa Julia cuenta con jardines maternales en sus fincas, como «Racimos de Sol» en Maipú y «Racimos de Colores» en Santa Rosa, brindando cuidado y educación a niños desde los 45 días hasta los 12 años, facilitando la conciliación laboral y familiar para sus empleados. ​
  • Talleres de costura: Se han establecido talleres de costura integrados por mujeres de la comunidad, quienes producen indumentaria para la empresa y clientes externos.

Sustentabilidad ambiental

  • Producción orgánica: Santa Julia es líder en la producción de uvas orgánicas en Argentina, con más de 300 hectáreas certificadas. Utilizan compostaje, humus de lombriz y prácticas de cultivo sostenibles para preservar la salud del suelo y la biodiversidad. ​
  • Gestión del agua: La bodega cuenta con una planta de tratamiento de aguas que permite reutilizar el agua en los viñedos, optimizando el recurso hídrico y reduciendo el impacto ambiental. ​
  • Concurso «Familia Zuccardi Sustentable»: Esta iniciativa invita a estudiantes y jóvenes profesionales a presentar proyectos que mejoren la sustentabilidad en la vitivinicultura, desde el cultivo hasta la gestión de residuos, fomentando la innovación y la conciencia ambiental en las nuevas generaciones. ​

Miguel Zuccardi y el alma del aceite de oliva argentino

Miguel Zuccardi se dedica el aceite de oliva. Al frente de Zuelo, la línea de aceites de oliva virgen extra de la familia, Miguel ha llevado esta categoría a lo más alto, con una búsqueda constante de excelencia y respeto por el producto.
Trabaja con diferentes variedades y métodos de elaboración que destacan la frescura, complejidad y el carácter del aceite argentino. Su labor ha posicionado a Zuccardi como un referente en el mundo olivícola, revalorizando esta noble tradición.
En Maipú (Mendoza) hay un total de casi 100 hectáreas plantadas. En Cañada Onda (San Juan) otras 220. Cuentan con más de 90 variedades de aceitunas, no todas son para elaborar aceite.  La principal y más emblemática es Arauco. También se encuentran: Genovesa, Picual, Arbosana, Amigdalolia, Arbequina, Coratina, Koroneiki, Empeltre, Farga, Frantoio, y muchas más.
Se visita la Bodega Santa Julia: De lunes a sábados: 10:00 hs | 12:00 hs | 15:00 hs | 16:00 hs. Domingos y feriados:
10:30 hs | 12:00 hs | 15:30 hs.
Reservas aquí.


El sueño de Altamira: Piedra Infinita

El crecimiento natural de la empresa los llevó a mirar hacia el Valle de Uco, donde el terroir se expresa con una intensidad única.
En Paraje Altamira nace Finca Piedra Infinita: un proyecto que va más allá de la elaboración de vinos. Allí se plantea una filosofía profunda basada en el respeto absoluto por el lugar.

Sebastián Zuccardi, tercera generación, lidera este camino con una con una mirada profunda y creativa, interpretando cada viñedo para transformarlo en un vino que refleje su esencia.
En Piedra Infinita la arquitectura se integra al entorno con una fuerza silenciosa.
Construida con piedras del mismo suelo, la bodega emerge como parte natural del paisaje.
Sebastián trabaja junto a un equipo enológico comprometido con la filosofía de la casa.
Laura Principiano, enóloga, y Martín Di Stefano, ingeniero agrónomo, forman parte esencial de esta sinergia creativa y técnica. Juntos, interpretan los suelos, climas y microparcelas para dar vida a vinos que reflejan con precisión y belleza su lugar de origen.

La cordillera con esas montañas cautivantes como fondo, los suelos aluvionales como cimiento, y la presencia de la piedra símbolo de origen.
Todo confluye en un espacio que honra la tierra y su historia.
Para visitar la bodega los horarios son: de lunes a domingo, visitas a las 09:30 hs – 11:00 hs – 12:30 hs – 15:00 hs. Todos los programas son con reserva previa.

Los vinos destacados de Zuccardi

Zuccardi elabora una gran diversidad de vinos, desde líneas frescas y accesibles hasta etiquetas icónicas reconocidas a nivel internacional.
Aquí algunos de sus grandes destacados:
Vinos como Finca Piedra Infinita Malbec, Concreto, Aluvional o Polígonos del Valle de Uco no solo han recibido altísimas puntuaciones por parte de críticos como Tim Atkin, James Suckling, Robert Parker y la revista Decanter, sino que se han convertido en embajadores de una nueva etapa del vino argentino: aquella que honra el origen por encima de todo.

Cada uno expresa con precisión el carácter de una parcela, la influencia del clima y la singularidad del suelo, especialmente en zonas como Paraje Altamira, Gualtallary o San Pablo.
Por ejemplo, Finca Piedra Infinita Malbec es pura elegancia y profundidad, con taninos firmes y una mineralidad que refleja las piedras del subsuelo.
Concreto, fermentado en huevos de hormigón sin paso por madera, muestra la fruta vibrante y una textura única.
Polígonos permite descubrir cómo el mismo varietal cambia según el lugar: es una lección líquida de geografía vitivinícola.

Más allá de los puntajes, hay algo que distingue a estos vinos: emocionan. Hablan con honestidad del terruño, de quienes los hacen, de un país que cree en su potencial.
Son vinos con alma, con historia, con propósito. Botellas que cuentan el viaje de una familia y el de una tierra que encontró su voz.

La experiencia gastronómica

En el universo Zuccardi, el vino y la gastronomía ocupan un lugar esencial, como una forma más de expresar la identidad y la cultura del lugar. Comer en Casa del Visitante o en el Restaurante Piedra Infinita es vivir una experiencia sensorial completa, donde los sabores, los aromas y la calidez del entorno construyen recuerdos.

Casa del Visitante, en Maipú, es el corazón tradicional de la familia. Un espacio diseñado cuidadosamente, rescatando los materiales de la región y creando un ambiente cálido para disfrutar del paisaje de los viñedos y de la montaña. Allí, las recetas caseras toman protagonismo, y entre ellas hay una estrella indiscutida: las empanadas de la Chacha, elaboradas en horno de barro, con esa masa crujiente y el relleno jugoso que guarda secretos transmitidos de generación en generación. La Chacha —símbolo de la hospitalidad mendocina— se convirtió en parte del alma del lugar. Además allí brilla el recetario de Emma Zuccardi, esposa de Alberto y abuela de Julia, Miguel y Sebastián, quien plasmó en un libro entrañable los sabores de la familia.

Foto, gentileza: Familia Zuccardi

Por otro lado, en Paraje Altamira, el Restaurante Piedra Infinita ofrece una propuesta más contemporánea y sofisticada, con una mirada puesta en el terruño y los productos locales. Cada plato está diseñado para dialogar con los vinos y con el paisaje: los Andes como fondo, los suelos pedregosos bajo los pies, y un menú que celebra la estacionalidad, la creatividad y el respeto por los ingredientes.

En ambos espacios, la cocina habla el mismo idioma que los vinos: autenticidad, sensibilidad y un profundo amor por la tierra.

Familia Zuccardi forma parte de lo mejor del sector enoturístico: esfuerzo, hospitalidad, sensibilidad y respeto por el origen.
El vino, como la vida, también se trata de sueños compartidos, de raíces fuertes y de caminos recorridos con pasión.

Vinos y Pasiones nació para contar historias como ésta. Donde la tierra, la familia y el vino se encuentran en su máxima expresión.


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