Categoría: Variedades de uva

Foto: Viñedo de Casavecchia | https://www.losandes.com.ar/

Para los apasionados y apasionadas del vino, la viticultura argentina no deja de sorprendernos con novedades. Mucho tienen que ver las enólogas, enólogos y productores que siempre están buscando variedades no tan típicas en el país.
Dentro de este grupo están las uvas italianas, que aunque estas tierras recibieron una gran cantidad de inmigrantes de este origen, las cepas de esta bandera fueron perdiendo hectáreas a favor de las uvas francesas.
Italia, tanto cómo Francia, tiene uvas que definen cada una de sus regiones, en esta nota te describimos algunas de ellas.

Ancellotta: se utiliza en cortes en la Emilia Romagna, en la zona de Lambrusco, de ahí vino importada a nuestro. Cómo le ha sucedido a algunas cepas, tiene mejor pasar en Latinoamérica (nadie es profeta en su tierra) que su Italia Natal. En Brasil la emplean mucho para hacer corte a los Merlot.
Su fortaleza es que es una uva que se caracteriza por el aportar color, por sus antocianos, los polifenoles que dan color. Si se encuentra a gusto con el clima además de color, el fruto madura adecuadamente y da vinos bien aromáticos, con aroma a frutos rojos y especias. Hace años atrás se la utilizaba para dar color a los cortes tintos. Las bodegas aquí, la elaboran como varietal en Mendoza principalmente, en San Juan y Salta. Las Perdices Ala Colorada 2015, Zuccardi Textual 2018, Pixels 2019 de Corbeau Wines.

Sangiovese: esta uva parece tiene Toscana grabada en sus pieles, porque es la uva más famosa, aunque no la única de Italia. Decir Sangiovese es pensar en los vinos de Chianti.
Su presencia en nuestro país tiene que ver con la gran inmigración italiana. Para mitad del siglo XX fue dejada de lado porque las bodegas buscaban uvas más rendidoras para lograr más litros de vino. En los 90, el Malbec y otras cepas francesas, le ganaron espacio en el viñedo. Sin embargo, todos estos avatares no impidieron que Argentina, fuera de Europa, sea el segundo país con más superficie plantada.
Los productores que utilizan esta variedad son Benegas Estate, Trapiche, Callejón del Crimen y Escorihuela Gascón.

Cordisco: quizá Cordisco no te suene tanto como Montepulciano, (D.O.C. Montepulciano d’Abruzzo) la denominación de origen con la que están hechos los vinos de esta cepa. Es la segunda uva más cultivada en Italia después del Sangiovese. También llegó de la cuna de Homero a la zona de Abruzzo.
Es una uva que le cuesta madurar. Los vinos hechos con ella son de buen color y de gran personalidad.
En Argentina los hermanos Durigutti en su bodega elaboran un vino con esta variedad, excelente vino. Ellos la plantaron en Vistalba, en el 2012, a partir de un viñedo que se encuentra en San Juan. La Liga de los Enólogos, crearon el vino El que Ríe Último Ríe Mejor con 60 % Cordisco y el resto Tannat.

Nebbiolo: su lugar en el mundo es el Piamonte, el sector norte de la bota en donde dan vida a las Denominazione di Origine Controllata e Garantita Barolo y Barbarescos.
Los vinos elaborados con esta cepa resultan ser bastante intensos y briosos, por eso muchos productores recurren a las botti (barrica italiana) o fudres para amalgamar y redondearlos. En varios casos llegan a estar por tres años en madera. Además luego tienen una estiba en botella. Una vez se los descorcha son bastante diferentes a como estaban antes del contacto con la madera. Son vinos que terminan teniendo un color más delicado y en boca resultan con taninos redondos, es decir nada que ver a los vinos que se elaboraron antes de la crianza. Por eso se consumen añejados. En nuestro país hay pocas hectáreas de Nebbiolo, aunque algo se encuentra en la zona del este mendocino, en Rivadavia, en San Rafael y en San Juan.

Lambrusco: las personas que tienen más de 50 años quizá se acuerdan del Lambrusco de Titarelli. En Italia es muy común que se lo elabore desde los secco hasta los dolce. Hay cuatro denominaciones de Origen Controlada en Italia, Lambrusco Salamino de Santa Croce, Lambrusco Grasparossa de Castelvetro, Lambrusco de Sorbara y Lambrusco de Módena.
En Argentina hay cultivadas alrededor de 46 hectáreas plantadas con la variedad Lambrusco Maestri, introducida por los Salesianos y unas 12 de Lambrusco Grasparossa. Bodega Pumalek es la única que trabaja el Lambrusco Grasparossa, por otro lado Lambrusco Maestri lo elaboran en la escuela Don Bosco y es todo un orgullo. En La Liga de los Enólogos Blend de Tintas 2020, emplean Lambrusco como corte.

Fiano: una uva blanca que se cultiva en el sur de Italia, en la Campania y en la isla de Sicilia, en el valle del Etna. En Campania se encuentra la D.O.C. (Denominazione di Origine Controllata e Garantita) Fiano di Avellino.
Una uva con gran potencial y que se desarrolla muy bien en suelos volcánicos, con inviernos crudos y veranos bastante calurosos. La variedad es apta para elaboración de vinos blancos, espumantes y vinos dulces.
A Mendoza llegó con el enólogo italiano Giuseppe Franceschini (Bodega Caelum) quien la elabora en la zona de Agrelo cómo varietal para la Bodega Caelum.

Aglianico: esta uva es orgullo de la zona de Campania y Basilicata. Llegó desde Grecia, se afincó en el sur de Italia y fue más allá, cultivándose en la región del Lazio, Calabria, Molise y Puglia.
Esta cepa da vinos de color muy oscuro, con cuerpo y de muy buena calidad. De producción baja y se la suele «blendear» con otras variedades. Con ella se elabora D.O.C.Taurasi – della Campania y Agliánico del Vulture – D.O.C. della Basilicata. Aquí en nuestro país hay alrededor de 50 hectáreas. La Bodega Krontiras en su finca de Maipú y la línea Innovación de Santa Julia en su viñedo de Santa Rosa (este mendocino) emplean esta variedad.

Casavecchia: es originaria de Campania (alrededor de la zona donde «el Diego» hizo vibrar a millones de personas). Fue introducida en Argentina, en el 2006 por el ingeniero agrónomo Martin Kaizer para un vino de la Bodega Doña Paula.
Una cepa con taninos presentes, por eso la Casavecchia pide al menos tres años en barrica para suavizar el característico sabor y aroma. Hay varias hectáreas en la región de Altamira (Valle de Uco), una zona vitivinícola de gran relevancia en Argentina, con especiales condiciones climáticas otorgan a las variedades de uva que en ella se cultivan maduración y concentración de aromas, sabores y texturas. Su nombre viene de una leyenda que cuenta que unos campesinos encontraron esta variedad en las ruinas de una vieja casa (de ahí su nombre) de Pontelatone, en la provincia de Caserta, en la región napolitana de Campania.

Fuente: https://www.lmneuquen.com/al-rescate-uvas-italianas-argentina-n764470

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La Bonarda argentina es mucho más que una variedad de uva; es una expresión auténtica de nuestra vitivinicultura. Aunque históricamente ha sido eclipsada por otras cepas, su potencial ha sido redescubierto en los últimos años, posicionándola como una de las más prometedoras del país.

Hoy queremos hablar de la Bonarda, una cepa tinta noble y frutada. Tiene un inmenso potencial. Posee unos taninos suaves y está catalogada como una de las variedades tintas más importantes luego del Malbec, de hecho es la segunda variedad más plantada. Y aquí en Argentina es donde predomina su cultivo comparándola a nivel mundial.

Siempre habrá espacio para la Bonarda

Al igual que la Malbec vino de Europa, la trajeron los italianos, ella como nuestros abuelos también fue una inmigrante y como ellos, supo adaptarse a suelo argento. Donde más concentra su plantación es en el este mendocino.
Su cosecha en general es a mano, no es mecánica. Por años fue confundida con la Bonarda italiana, sin embargo, el INV luego de estudios e investigaciones, determinó que proviene de la variedad francesa Corbeau o tambien conocida como Douce Noir.
Pueden obtenerse buenos vinos con estructura y color.
Según Andrea Nuñez – sommelier de la Bodega Catena Zapata – «Esta fue la primera variedad plantada – y la favorita- de la familia bodeguera, a la Bonarda le gusta el calor, por ello la familia Catena plantó inicialmente a orillas del río Tunuyán» – Diario Infobae, recuperado de: https://www.infobae.com/tendencias/2017/07/25/tres-platos-para-acompanar-con-un-bonarda-el-vino-del-futuro/

Seba Zuccardi homenajeó a su abuela con la Bonarda, tamaña responsabilidad para la variedad que «celebrar a la nonna.»
La familia posee la mayor cantidad cultivada en el Este de la provincia de Mendoza.
La Bonarda no se anda con chiquitas por eso sabé que si elegís un vino varietal de Bonarda argentina de seguro va a encantar y sorprender y va a ser fiel hasta la última gota.

A la Bonarda no le  gusta que la apuren tiene un ciclo largo. Unos 150 días de crecimiento. Brota luego del Malbec, a veces se la cosecha junto con la Cabernet Sauvignon. Su maduración y formación de azúcares va piano piano, lento, lento.
Tiene concentración, elegancia. Sus hojas son trilobadas y es fácil de identificar. Es una variedad productiva, pareja.

Sus racimos son alargados y más bien compactos, con bayas o granos bien redondos, hasta inclusive más grandes que los de la Malbec.
Hoy en día se la elabora como varietal, tal es así que varios enólogos sostienen que podría convertirse en otra variedad tan interesante como la Malbec.

Sebastián Zuccardi, de la bodega del mismo nombre, opina que es una cepa que por mucho tiempo se la entendía para lograr grandes cantidades de vino, es decir para conseguir volumen más que calidad.
José Zuccardi en diferentes medios, ha explicado que con gran acierto Familia Zuccardi comenzó a exportar vinos varietales de Bonarda al Reino Unido.

Cómo es la Bonarda
Aroma a fruta roja, ciruela, frambuesa y fruta negra, como moras, arándanos.
En boca es de taninos suaves, jugosos es una cepa amable, como la Malbec, quizá no vayas encontrar complejidad, si un vino jugosono vas a encontrar astringencia como los Cabernet Sauvigon.
Suelen elaborarse vinos de consumo anual, de media y de alta gama. Es decir vinos de buena concentración, que esto en parte se logra raleando uva. ¿Rale, raleando? Sí ralear uva es cuando un enólogo deja los racimos mejor posicionados, los que tiene mejor color y quita (ralea) otros.
Se dice que es una variedad novedosa para el mercado externo.
Se elaboran vinos varietales y de corte.

Te compartimos un video sobre esta gran variedad.

¿Con qué maridamos a la Bonarda?
Si a esta altura de la nota se te está haciendo agua a la boca, te contamos o mejor dicho te damos unas ideas para que realices hoy un muy buen acuerdo para la Bonarda.
O bien unos penne rigatte con salsa bolognesa, agnolotti con salsa fileto, carnes rojas; si hacés un pan de carne o «pulpetón» como hacia mi abuela, una colita al horno también queda super o ya sabés, realizá tu propio maridaje.
La temperatura de servicio sugerida es: entre 16 y 18°.
La Bonarda puede ser la cepa que estás buscando.

¿Y vos qué Bonarda vas a elegir hoy?

Muchas gracias por leernos y por acompañarnos.

«Un día sin vino es un día sin sol.”
                                                                               Frase de la Provence, France.

El INV Instituto Nacional de Vitivinicultura declaró a la Moscatel como variedad para vinos de calidad.
Así la Moscatel se incorpora al grupo de las variedades permitidas. Los vinos con IG Identificación geográfica y las Denominaciòn de Origen van a poder agregar esta cepa en su botella.

Albardón
Es el sitio de la provincia de San Juan donde más se cultiva esta variedad.
Según un productor de allí, Gallardo Puerta le parecía sin sentido que estuviera aprobada la Indicación Geográfica y no la variedad.

La delegación del INV en San Juan cosechó las uvas por varios sectores de la provincia. Se realizaron microvinificaciones y un jurado que examinó el vino dictaminó que se incorporara a las variedades ya conocidas como Malbec, Cabernet Sauvignon, Syrah.
La uva Moscatel se utiliza para vino, pasas de uva y consumo fresco.

En el mundo

Esta variedad hace rato que viene haciendo ruido en el ámbito mundial. Son vinos que atrapan por su aroma.
Es originaria del norte de África, la utilizaban los egipcios para hacer vino. Fue una cepa viajera y llegó al Mediterráneo en donde se hizo conocer mucho.
Se cultiva en Francia, Italia, Portugal, en la isla de Samos, en la región del Egeo del noreste de Grecia, en Italia, Australia, Sudáfrica, Chile, Bolivia y otros países
Es muy sensible al frío, al oídio y al mildew.
La Moscatel suele ser empleada para realizar vinos generosos, mistelas o dulces y espumantes dulces.

Argentina

En nuestro país, se dice que fue una de las primeras cepas en ser cultivada hace 500 años atrás. sociada con la provincia de San Juan.
Catena Zapata dio el puntapié inicial con sus Álamos Moscatel de Alejandría de la Bodega Catena Zapata. Un vino que no resulta ni seco ni tampoco dulce. Sí es más dulce que un seco, sin embargo con una excelente acidez y bien fresco, es una elección ideal para un día caluroso.
Hay otros que le siguieron los pasos. Durigutti Clásico Moscatel de la Bodega Durigutti. Cosechado temprano, lo que se traslada a un blanco con un dulzor leve y engañoso. Muy aromático con notas a durazno y damasco, bien fresco.
Uxmal Moscatel de Alejandría de la Bodega Uxmal, un vino muy fragante con notas cítricas y frutales a durazno y damasco, si te gustan los dulces este es tu vino.
Valbona Moscatel dulce, de la Bodega Augusto Pulenta y acá la provincia de San Juan se hizo presente. Un vino dulce con uvas que se cosechan en otoño. Notas a durazno y miel. Buen equilibrio entre la acidez y el dulzor. Este también es un vino dulce y seguramente te va a encantar.
La temperatura de servicio recomendable para estos vinos es entre 6 y 8°.

¿Y vos, qué otros vinos con la uva Moscatel conocés?

Fuente: http://www.diariouno.com.ar/a-fondo/el-moscatel-ya-es-un-varietal-20170930-n1479557.html

«Un día sin vino es un día sin sol.»
                                                         Frase de la Provence, France.

Hoy en Vinos y pasiones queremos destacar a esta uva, que fue pionera y que gracias a ella tenemos el vino blanco que es la carta de presentación ante el mundo.
La uva criolla fue desde 1980 dejada de lado, ella era la rezagada, la de mala calidad.
Sin embargo, fue la que dio origen a nuestro Torrontés, unión de la Criolla Chica y la Moscatel de Alejandría.
La Criolla fue plantada en grandes cantidades para hacer vinos de volumen sin mucho color, ni sabor, cómo se solían hacer los vinos blancos anteriormente.
Con la reconversión de los vinos se empezó a pensar en quitar esta uva para plantar uva francesa. Claro, a la hora de exportar vinos, esta uva no era una buena aliada. Por eso, se empezaron a replantar hectáreas y hectáreas con uva francesa.
Con el correr de los años, el modo de tomar vino fue cambiando, se empezó a disfrutar y a conocer más, entonces comenzaron a aparecer mejores vinos.
Actualmente, cuando se elige volver a los sabores autóctonos, el sector exportador pide a gritos, diversificarse. Es por eso, que los enólogos le tienden una mano a la criolla puesto que posee un valor patrimonial. Y es pionera en nuestra tierra!!

Rendimientos
Con los rendimientos antes mencionados, la uvas aportan azúcar. La clave es manejarla de otro modo, como se está haciendo en la bodega Cara Sur, en el Valle de Calingasta (San Juan), o las que cosecha El Esteco, en Cafayate y, Catena Zapata en la provincia de Mendoza.

Pioneras, y responsables de nuestros vinos sesentosos
El grupo de las criollas, (se las dio en denominar así por la antigüedad en el país) son las uvas que llegaron en el tiempo de la colonia. Hicieron patria en nuestro país, además en Bolivia, Perú y Chile.
De las más conocidas, es la Torrontés que es nuestra insignia en lo que refiere a uva blanca, además se encuentran la Criolla Chica, la Criolla Grande, Mollar de América, Cereza de América, Moscatel Blanco y Moscatel Rosado. En general, suelen estar plantadas mezcladas.
Estas uvas formaban los vinos de mesa de la década del 60, cómo los Beatles en el género musical.
Todas fueron plantadas por su alto rendimiento, destinadas a vino en volumen y para los envasados en tetras (tetra pack, envase de cartón). Comparando estas uvas, se pueden generar unas 50 o 40 toneladas, como es el caso de la Cereza, mientras que con el famoso Malbec para alta gama se consiguen 10 toneladas o menos. Este tipo de rendimiento, hace que la uva tenga poco color en los vinos, aunque bastante frescura y acidez.

Vinos ideales para el calor
Hoy con rendimientos más bajos y con perfiles aromáticos que hacen acordar a la frutilla, la Criolla Chica y la Grande dan uvas con frescura, con buen color rosado ideales para vinos de verano, frescos y frutales. ¿Te imaginás probando algún vino así en la playa o cerca de la pileta? ¡Qué placer!
Para vinos espumantes también son adecuados, Trivento las utiliza para la elaboración de vinos con burbujas. Las uvas no deben tener gran expresión, ya que el sabor se lo aporta la toma de espuma con las levaduras.

Cuando pa’ Chile me voy
La uva Criolla en Chile se denomina País y ahí también hay una vuelta de hoja en lo que se refiere a los productores chicos.
Esta es una uva se da muy bien en el Maule, una región tradicional vitivinícola del país vecino y la trasandina también está repuntando.

Oportunidad
Parece que le ha llegado el tiempo a la Criolla y sí cómo sucede en varios órdenes, y cómo decía un profesor de Arte, todo movimiento es cómo un péndulo. Cuando empieza uno, tiene su etapa y hasta que no llega al otro extremo que se agota, no llega el nuevo movimiento, cómo verás el péndulo se inclina para la Criolla.
Ahora, hacer vinos con la Criolla puede ser «trendy».
La temperatura de servicio es fresca a 7º.

Fuente: http://www.vinomanos.com/2016/12/vuelve-la-uva-criolla/

Muchas gracias por permitirnos compartir con vos temas que nos apasionan y gracias por leernos. Sentite libre de hacer cualquier comentario.
¡Buena vida! ¡Que tengas una tarde preciosa!

El Viognier es una de las variedades blancas más fascinantes, conocida por su carácter caprichoso y su complejidad aromática. Originaria del Valle del Ródano en Francia, esta uva ha encontrado un hogar perfecto en diversas regiones del mundo, incluyendo Argentina, donde su adaptación al terroir ha logrado resultados sorprendentes.

La Esencia de la Viognier

El Viognier es una variedad que puede ser un desafío para los viticultores debido a su tendencia a ser caprichosa en el viñedo. Requiere un clima cálido para madurar correctamente, pero también necesita un equilibrio delicado para evitar que sus aromas se conviertan en una explosión descontrolada. A pesar de su temperamento, es esta misma naturaleza la que le otorga su singularidad.

El color dorado brillante de un Viognier bien elaborado es un preludio perfecto para lo que está por venir. En nariz, este vino se distingue por sus intensos aromas florales, con notas de jazmín, azahar y flores de naranjo. A menudo, también se aprecian toques frutales de durazno, albaricoque y una ligera sensación de miel que lo hace sumamente atractivo.

La Viognier en el Paladar

Cuando se prueba, la Viognier sorprende con una textura sedosa, pero con una estructura refrescante. Su acidez moderada, combinada con una sensación de suavidad, hace que sea un vino perfecto tanto para disfrutar solo como para acompañar una comida. Aunque algunos Viogniers son elaborados en barricas de roble, el mejor ejemplo de esta variedad muestra una expresión fresca y frutal, sin demasiada intervención de la madera.

Viognier en Argentina: Un Terroir Favorable

En Argentina, el Viognier ha encontrado un terroir ideal, particularmente en las regiones de Mendoza y San Juan. El clima cálido y las altitudes elevadas permiten que esta variedad desarrolle todo su potencial aromático y estructural. Además, los viñedos argentinos están logrando vinos con una mayor frescura, equilibrio y complejidad, lo que hace que el Viognier se esté posicionando como una de las mejores variedades blancas del país.

Maridaje: Un Compañero Perfecto

El Viognier es un vino versátil a la hora de maridar, ideal para acompañar platos de mariscos, pescados grasos, como el salmón, y también es excelente con carnes blancas y aves. Para los amantes de la gastronomía más compleja, este vino se lleva de maravilla con platos a base de especias suaves, como la comida asiática o platos con hierbas frescas.

La Viognier es un vino para aquellos que buscan algo diferente: una uva blanca con carácter, capaz de sorprender y encantar con cada sorbo. Su naturaleza caprichosa la convierte en un desafío para los viticultores, pero este mismo desafío es el que da lugar a vinos memorables, llenos de elegancia y complejidad. Si aún no has probado un Viognier, te invitamos a hacerlo y descubrir la magia de esta uva que nunca deja de sorprender.

Te recomendamos tomes este vino a temperatura de 8 a 10º.
¿Y vos con qué vas a maridar un Viognier? ¿O dónde o con quien lo tomarías?
Soñamos? Nosotros nos encantaría tomarlo en el Parque Nacional Los Glaciares, frente al Lago Argentino.

Nos honras con tu visita en el blog, gracias por tus hermosos comentarios.

¡Qué tengas un día divino y que la vida te sonría!