La bodega argentina Catena Zapata fue elegida como el mejor viñedo del mundo

La bodega argentina Catena Zapata, fue elegida como el mejor proyecto enoturístico del mundo, en el prestigioso ranking The World’s Best Vineyards, que selecciona los 50 mejores establecimientos de este tipo a nivel global. Además aparecen en la lista otras cinco bodegas ubicadas en nuestro territorio nacional. 

“Uno no conoce el malbec argentino hasta que no prueba Catena Zapata”, menciona la referencia en el ranking de viñedos. Además de Catena Zapata, otras dos bodegas mendocinas ocuparon el top 10: Bodegas Salentein (en el nueve) y El Enemigo (en puesto 10). Y fuera del top ten pero dentro de las 50 mejores se encuentran también Durigutti Family Winemakers en el puesto 13, Bodega Colomé en el lugar número 24 y la Bodega Diamandes en la posición 48. 

El premio The World´s Best Vineyards destaca a las bodegas abiertas al turismo. Catena Zapata, que se fundó en el año 1902, por el inmigrante italiano Nicola Catena, tuvo su recompensa al duro trabajo diario.

Para la organización, Catena Zapata es un centro de estudio vitícola detallado, con viñedos apodados los Grand Crus del país. La bodega cuenta con el Catena Institute of Wine, que desarrolla el código de sostenibilidad de Argentina para lograr lo mejor con sus viñedos.

“Debido a las altitudes más altas, la suya es floral, bonita y de un color sorprendentemente claro. La finca también produce excelente cabernet sauvignon, chardonnay y un conjunto de variedades de uva autóctonas, algunas de estilo natural”, destacó la organización. 



«El nieto de Nicola, Nicolás, es uno de los enólogos vivos más condecorados y ha llevado la vinificación argentina a las alturas vertiginosas que ahora la distinguen”, destacan en el ranking.
«Actualmente, la finca está a cargo de su hija Laura, quien creó el Catena Institute of Wine, desarrollando el código de sostenibilidad de Argentina y colaborando con las mejores universidades del mundo para sacar lo mejor de sus propios viñedos y, en términos más generales, para ayudar a los vinos argentinos a alcanzar su potencial completo”, agregan.


«La doctora Laura Catena es reconocida mundialmente por su trabajo como médica y como embajadora del vino argentino. Ella colabora con el enólogo principal Alejandro Vigil, para crear expresiones puras de los terruños de su familia, hasta en las parcelas más pequeñas”, agregan.

El poncho, esa prenda entrañable

Ponchos

Un capítulo aparte merece el poncho. Esa prenda de abrigo, tan especial que tiene una forma rectangular o cuadrada. Es abierto para pasar la cabeza, cuelga de los hombros y llega hasta debajo de la cintura. En general están hechos de lana de oveja, vicuña, alpaca u otro tejido.
Su origen es Perú, aquí en Argentina se ha utilizado y se sigue usando.

“Nuestros paisanos los indios”, (un libro del antropólogo Carlos Martínez Sarasola, te lo recomendamos) los pueblos originarios lo difundieron.
Las tropas del general San Martín también se resguardaron en ellos y fue una de las «pilchas» claves para los gauchos.

Les servía de abrigo, pieza fundamental en su vestir, de frazada, mantel y como un “semi escudo”.
Cuando debían defenderse, ellos se lo enroscaban en una mano, en donde tenía un cuchillo y así se protegían.
En variadas ocasiones se volvía bandera de victoria. Su origen es compartido por los pueblos originarios de Sudamérica.
Hay tantos ponchos, cómo regiones y artesanos.

El Perú fue su matriz y de ahí fue viajando por toda la zona andina.
Poncho famoso fue el del General Manuel Belgrano, en la batalla de Salta, en la cual, se dice  tomó el poncho celeste y blanco del coronel Superí y lo revoleó jubiloso al aire.

¿Y si buscás en tu vida el motivo por el cual podés revolear el poncho? ¡Seguro tenés varios!
Momentos de victoria, de triunfos, logros, aunque sean pequeños, valoralos.
Siempre, querido lector/a tratá de buscar esos instantes que te hacen erizar la piel que te colmand de alegría, bienestar y que te hinchan el corazón. ¡Vamos!

La gente de Belén en la provincia de Catamarca, en el Norte argentino, a 285 kilómetros de la ciudad de Catamarca, es maestra a la hora del entrelazar hilos.
No sólo esta gente sino también los de la provincia de Jujuy, Salta, Mendoza, San Juan.

Tal es así que Belén es considerada la cuna del Poncho. Posee una Asociación de Hilanderas y Tejedoras de Vicuñas y  las  «Arañitas Hilanderas».
Las urdimbres son famosas porque es la base donde el poncho toma forma.
Es un pueblo con tradiciones ancestrales. Es mágico ver cómo estos «hacedores de ponchos» trabajan las diferentes lanas para crear un cálido y colorido poncho. El teñido es a base de fibras naturales como la yerba mate, la remolacha o la cáscara de nuez.
Muchas casas en esta localidad tengan telares en sus jardines o en sus

Poncho
Poncho catamarqueño

fondos. Al pasar por ellas, se escucha el sonido acompasado que  hacen las palas de los telares. Ver a los tejedores es entrar en un  mundo especial. Esa labor necesita mucha concentración y tiempo.  Cómo todo lo bueno de esta vida que lleva su tiempo.

El característico poncho de Belén lleva la guarda lisa, blanca, que en general se extraía del lomo de la vicuña, camélido que hoy en día está protegido por estar en peligro de extinción.

Remontándonos a los inicios de este abrigo, eran rústicos, no eran tan artísticos o con tanto diseño, servían para paliar el clima. Lo importante, lo esencial era que cubriera, que abrigara.
Con la llegada del español comienza a volverse más complejo, los diseños se vuelven con más líneas.
Los españoles optan por el poncho, porque este los resguardaba más.
Tuvo preponderancia en los indígenas del Virreinato del Alto Perú, un siglo después, Juan Manuel de Rosas le dio el puntapié inicial para que entrara en la la sociedad criolla.
Desde luego el poncho vistió a todo aquel que luchó en las guerras por la independencia.

poncho celeste viarural
Imagen: viarural.com

Los ponchos son como nuestra geografía argentina muy diversos, van tomando otras tonalidades, colores, formas, conforme la región.
Los telares también cambian. En el norte, en la zona andina son verticales, en la puna usan el telar horizontal.
Hay mucho más para hablar del poncho. Quisimos no sólo rescatar una prenda tan ancestral y abrigada sino además tan autóctona, diferente e idiosincrática.

La Fiesta Nacional del Poncho se da en la capital de la provincia de Catamarca, celebración que pone en valor todo el quehacer de  aquellos que tejen y que tienen paciencia infinita. La creación de un poncho lleva un mes, requiere horas y horas, esmero y mucha dedicación.
Queremos compartir con vos y resaltar lo que para nosotros es el verdadero sentido del poncho: el de abrigar, cobijar, de brindar calidez.

Que este mes del amigo sobre todo y siempre, tengas una persona o lugar que te sean de abrigo, de refugio. No te olvides que podés buscar aquel ser que te “abrigue”, eleve, ilumine y que haga volar tu imaginación.
Por el contrario, alejate de aquel individuo que no tiene buena vibra, que te opaca y que no te inspira. Así como nos abrigamos el cuerpo, debemos protegernos el alma.

¡Qué tengas un día soleado, un día encantador y cálido cómo los ponchos argentinos!

Fuente: http://elfederal.com.ar/nota/revista/25203/asi-se-hace-un-poncho