La torta galesa, negra mi familia tiene una tradición exquisita, de cariño y dedicación. Yo era chica y mi mamá días antes de las fiestas comenzaba a prepararla. Le dedicaba su buen tiempo y no faltaba nunca para Navidad, ni para el Año Nuevo.
Como suele ocurrir, cuando se es niño, yo prestaba poca atención. Me gustaba cocinar galletitas o budines, sin embargo la «torta negra» era algo más complejo. No entendía el porqué mi mamá se instalaba en la cocina y empezaba con una suerte de ritual a unir los ingredientes. Sí me daba cuenta que preparaba en grandes cantidades y la mayoría de las veces ponía la mezcla en moldes pequeños y las regalaba.
Es una preparación que requiere casi una hora de horno…Tarea no muy fácil en los veranos porteños. Aún así, todo se justificaba para el fin.
Las Navidades y los Años Nuevos no eran lo mismo sino estaba la torta negra. Siempre es motivo de celebración.
Tanta es la alegría de comerla, que se creó una sana competencia entre primos, principalmente mi prima Laura y mi hermano Pablo a ver quien se lleva el pedazo más grande que haya quedado.
Es una torta muy conocida en nuestro sur, en la Patagonia, sobre todo en las localidades galesas de Gaiman, Trelew y Puerto Madryn. En este último lugar es donde vivieron mis tías Lita, la mayor (ya no está entre nosotros), Mary y Susana con su madre Ethus y su papá José, quien luego con los años de haber enviudado, se casó con mi abuela Mela…Mi hermano y yo le decíamos el «abuelo Pepe». Una historia larga, ellos se amaron mucho y así se unieron dos familias; las primas lejanas pasaron a ser cercanas. Por eso de chica y adolescente oía escuchar historias de la Patagonia, de los vientos, de las tierras desoladas, de la meseta patagónica y de la torta negra, receta que trajo mi tía Ancita.
Mi mamá está muy bien, aunque este año no pudo hacerla. De repente, se me vino encima el legado, la responsabilidad, ¡no podía privar a la familia de la torta negra! No podía faltar ese instante en que algunos rostros sonreían aún más al probar este manjar.
Una tarde le pedí la receta. Y si bien mi mamá tuvo un problema neurológico, los ingredientes y el procedimiento salieron de su cabeza y se trasladaron a sus labios naturalmente. La anoté y hoy, a modo de despedir este 2016 y darle la BIENVENIDA al 2017, queremos compartirla con vos, querido lector.
Es una torta que no lleva huevos (hay otras recetas que sí, cada familia tiene la suya) y dura mucho tiempo.
Espero la hagas, para mi prepararla fue una de las experiencias más lindas. Los aromas a la fruta macerada me transportaron a la cocina de la casa de mis padres y enseguida recreé cada Navidad, cada Año Nuevo lleno de amor, de alegría y anécdotas.
Ahora la como con mucho más gusto, me gustan las pasas de uvas y la fruta abrillantada, ja,ja.
Ahí va la receta.
Ingredientes
– Azúcar negra 1 taza y media (mi mamá le pone dos)
– Miel 2 cucharadas
– Cacao en polvo, una cucharada
– Agua 2 tazas
– Moscato 1 taza
– Chocolate rallado una tableta
– Nueces 2 tazas
– Pasas de uva 2 tazas
– Fruta abrillantada (la que no le gusta a ninguún chico) cortada en cuadrados
pequeños, 2 tazas.
– Esencia de vainilla 1 cucharita o un poco más (a piacere)
– Canela 1 cucharita
– Ralladura de cáscara de naranja o limón una cucharada
– Harina 2 tazas y media o tres
– Bicarbonato de sodio 1 cucharita
Procedimiento
1- El día anterior ponés las nueces, pasas de uva y la fruta abrillantada a macerar (sumergilos en líquido) en el moscato y con el agua unas 24 hs.
2- Al día siguiente en un bol grande (es bastante cantidad) colocás los demás productos: la manteca pomada, el azúcar negra, la esencia de vainilla, la ralladura de la cáscara de limón o naranja, el chocolate rallado y mezclá hasta que todo se integre.
3- Incorporá la maceración de las nueces, pasas y la fruta a la mezcla anterior.
4- Agregá muy de a poco y tamizada las tazas de harina y la cucharita de bicarbonato de sodio.
5- Enmantecá y enhariná un molde desmontable de 25 cm de diámetro.
6- Precalentá el horno y cocinala por 1 hora aproximadamente
7- Para saber si está lista poné un palito de brochette o un cuchillo, si sale seco, ya está.
8- Dejala enfriar, es una torta densa. No intentes desmoldarla hasta que esté fría, se te puede romper.
9- Desmoldá y a festejar!!
La torta negra, es la tradición de mi familia, ojalá yo la pueda pasar a alguien, quizá a algún sobrino o, a alguno de los hijos de Agustín.
La torta galesa es tradición del pueblo galés. Podés convertirla en tu tradición. ¡Qué la disfrutes!
¡Feliz Nochevieja y Feliz AÑO NUEVO!
¡Gracias por todo este año juntos! ¡Nos colma de alegría que nos visites!