La Malbec no se discute, es una de las cepas con más hectáreas plantadas en Argentina. Llegó, como muchos inmigrantes, de Francia en el 1852, de la mano de Michel Aimé Pouget, la verdad un visionario, si hubiera sabido las alegrías que nos iba a dar este señor.
Hoy en día pasó mucha agua bajo el puente. En nuestro país hay alrededor de 220.000 hectáreas de Malbec, eso quiere decir que hablamos de un 18% de la superficie plantada.
Hoy en Vinos y Pasiones queremos hablarte de las cepas que están presentes y que tienen tanto prestigio como la Malbec.
Desde ya que se planta Malbec en otras partes del mundo, los nuestros, además de famosos han logrado premios internacionales. De hecho han llegado a estar cabeza a cabeza con las variedades renombradas del universo. Tanto catadores internacionales como la prensa mundial en sí, han elogiado los Malbec argentinos. En el mercado local la cepa insignia está primero en las ventas.
Sin embargo, no ha estado sólo, otras cepas han ido acompañándolo en esto de brindar sus frutos para elaborar vinos deliciosos y de calidad.
Las cepas de Francia, España e Italia que han caminado este derrotero con él han sido Cabernet Sauvignon, Cabernet Franc, Syrah, Merlot y Pinot Noir.
Cómo en la gastronomía, en la moda, siempre se busca la diversidad, en los vinos también se quiere captar a aquel consumidor que desea algo nuevo o diferente.
Por eso, algunas bodegas pequeñas le dicen sí a lo novedoso para lograr un lugar en el mercado.
Apostar a lo varietal, a vinos de una variedad, de una sola cepa, es lo que hicieron años atrás los estadounidenses cuando – en la década del 60- comenzaron a llamar a sus vinos por el tipo de uva, ante la competencia de los vinos europeos, que se destacaban y lo continúan haciendo por su origen, su terroir (Champagne, Bourgogne, Chablis).
¿Es un desafío para nuestra Malbec que estén estas otras cepas? Sí claro, sin embargo a la vez, su lugar lo tiene bien ganado y se logra así que se siga buscando vinos de excelentísima calidad, no es cuestión de perder el puesto.
En la variedad está el gusto
No vamos a hablar de superficie plantada, si bien es un detalle importante. Tampoco está en discusión la calidad, ya que hace años está la premisa: “un buen vino nace en el viñedo”, frase que ingenieros agrónomos y enólogos lo tienen marcado a fuego. Es decir, que si la planta recibe podas adecuadas, riegos acordes, abonos, cuidados, bajos rendimientos, el resultado será un vino espectacular para dejar a muchos con la boca abierta.
La Criolla
Tal cual hemos mencionado en otra entrada, la Criolla está adquiriendo protagonismo. Podría competir con un rosé de Malbec o con los tintos. Es una cepa autóctona y con maceraciones más prolongadas se obtiene un tinto ligero. Cepa que trabajaban nuestros inmigrantes, italianos, españoles. Corolario: se puede realizar un muy buen vino de consumo anual, vinos jóvenes, ligeros muy interesantes.
Las italianas Nebbiolo y Sangiovese
En la provincia de San Juan en Barreal, el valle de Calingasta, una bodega pequeña conducida por jóvenes profesionales están vinificando la Moscatel tinta, toda una curiosidad. Un vino rústico y de carácter, para tomarlo bien fresco.
La Nebbiolo y la Sangiovese son dos cepas italianas que en su país de origen son las estrellas. La primera da vida a los famosos Barolo y Barbaresco, del Piamonte italiano, vinos que son clasificados como Denominazione di Origine Controllata e Garantita (DOCG) desde 1980 por el gobierno italiano. Eso sí-aunque hemos contado con «mani italiani lavorando» – no hay tanta presencia de esta cepa en los viñedos argentinos como en las bodegas.
La Sangiovese es bien conocida porque es responsable del renombrado Chianti de la Toscana. Con ella sucede lo mismo, muchas bodegas nuestras fueron creadas por italianos, sin embargo la Sangiovese no abunda en los viñedos.
Seguimos con la variedad
Otros cepajes como el Lambrusco, de Italia de la Emilia Romagna está presente como alternativa. Da vinos maduros y firmes y se ha adaptado al suelo mendocino.
La Garnacha es de origen español, de Aragón y además es muy prestigiosa en Francia (Garnache) en la zona de Chateau Neuf du Pape en el Rhône, el Ródano. Es de ciclo largo y otra uva que se encontró cómoda en la zona de Maipú, Mendoza.
Obviamente que el plantel de cepas en Francia es variopinto. Se destaca la Mourvedre (o Monastrell) de color profundo y vivaz, carácter frutal bastante diferente.
Una que es distinta a todas es la Trousseau marca bien la diferencia, de los ejemplares que hay, dos se encuentran en la Patagonia. Da un vino refrescante e intenso, casi podría hacer ruido con la región del Jura en Francia.
Tintos para probar y ponerle innovación a tu mesa
Cicchitti Colección Sangiovese 2012 –Bodega Cicchitti, Tupungato Mendoza.
Si querés probar la cepa italiana, este puede ser el vino. Uno de los pocos en el mercado. De aromas maduros y algo intensos. Ya tiene sus años, así que se sugiere tomarlo este año.
Ideal para acompañar unas pastas con salsa bolognesa.
Ver Sacrum Garnacha 2014 – Maipú Mendoza
Un emprendimiento boutique, que ya recibió elogios internacionales. Sus uvas salen de dos fincas: una propia, ubicada en la zona de Chacayes y la otra en el Valle de las Barrancas, Maipú.
La Garnacha, como la Mourvedre fueron cepas que años atrás eran utilizadas para el vino a granel. Claro luego comenzó el auge de los vinos elaborados en Mendoza y San Juan y la Garnacha fue dejada de lado.
De color rojo ligero, en nariz es aromático y super frutal, con notas de cerezas. Con muy buena acidez, sorprendente. Este vino es fermentado en huevos de cemento, un vino que despierta la atención de varios.
Testarudo Lambrusco Grasparossa 2013. Bodega Pumalek, Ugarteche, Mendoza
Un vino frutal y simple en boca. La Bodega Pumalek apunta a hacer vinos originales, un emprendimiento familiar en Mendoza.
Verdaderos invisibles Criolla 2016 – Confuso Wines – Tupungato, Valle de Uco.
Realizado con uvas provenientes de parral. Un vino que tiene un 10% de otras cepas dejadas de lado la Moscatel Rosado y la Pedro Jimenéz, cosechadas del mismo parral en Tupungato.
Un vino de mesa rico y un buen compañero. Diferente a quizá los alta gama, disfrutable. Con poco alcohol para estas latitudes 10,2.
D.V. Catena Malbec-Grenache 2015 – Bodega Catena Zapata, Luján de Cuyo Mendoza
La Grenache (Garnacha) es del viñedo la Antonia de Rivadavia y el Malbec del Viñedo Angélica Sur, en la localidad de San Carlos.
Un vino elegante de acidez equilibrada. Amalgama el Malbec de la zona fría con las taninos suaves y notas confitadas de la Grenache. De persistencia mediana, notas a frutas rojas. Un excelente vino, moderno y con seis meses en barricas de segundo y tercer uso. Algo diferente, ya que los DV Catena salen al mercado luego de haber estado entre 16 y 18, meses en barrica.
Las Perdices Ala Colorada Ancellotta 2013 – Bodega Las Perdices –Agrelo, Luján de Cuyo
Color profundo con notas a frutas rojas, a mermelada y a higos. En boca es un vino estructurado. Según Juan Carlos Muñoz el winemaker de la bodega, este vino forma parte de la nueva línea de varietales, con bajo rendimiento.
Aniello Trousseau 2014. Bodega Aniello – Alto Valle del Río Negro
Para los que buscan vinos raros! Un vino patagónico que sorprende, de un viñedo de la provincia de Río Negro, de la zona Mainqué. Con paso de seis meses de barricas usadas. En nariz notas florales, de especias y a tierra. En boca repite notas terrosas, franco, un vino imperdible.
Fuente: http://www.infobae.com/tendencias/2017/03/19/vinos-tintos-innovadores-que-provocan-al-malbec/
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Anónimo
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