El Mate es una infusión muy especial para infinidad de personas, entre las que Agustín y yo nos encontramos.
Tiene su día y es el 30 de noviembre, día nacional del mate, en memoria de Andrés Guacarí Artigas, quien fue un ex comandante general de la provincia de Misiones entre 1811 y 1821, él fomentó empoderizó la producción y distribución de la yerba mate.
Esta bebida es testigo de nuestra cultura, de nuestras emociones y sentimientos.
No es una bebida sólo de Argentina, sino que en Uruguay, Brasil y Paraguay disfrutan de su compañía y la consumen.
Tal vez hayas empezado a tomarlo de grande.
Si no sos de Argentina vas a notar que quienes tomamos mate parecemos raros o muchos creen que estamos ingiriendo una especie de alucinógeno.
Nada más lejos, es cóm el té o el café. Para entender el mate y el ritual necesitás te lo expliquen, observarlo, y además beberlo. Al principio te va a parecer amargo, sin embargo cuando tomás algunos luego se torna un amor a primera vista y vas a creer que hay algo especial.
Para describir el sentimiento de tomar mate sobran las palabras. Es nuestra identidad, lo que nos une. En el país en donde al tango se le dice «un sentimiento que se baila», y nosotros creemos el mate, es un sentimiento que se bebe».
Empecé a «matear» cuando estaba en la escuela secundaria. Había visto a mi papá, que tomaba cuando nos íbamos de vacaciones, con lo cual tenía una connotación aún más placentera. Ni mi hermano, ni yo, ni mi mamá lo seguíamos en ésto.
Con el tiempo él dejó de tomar, aunque años después, aceptó alguno dulzón que yo le convidaba.
De adolescente, lo bebía en varias reuniones con amigas, al volver de madrugada de un baile, con bizcochuelo de mi abuela.
Después lo tomé en las vacaciones frente al mar en Mar del Plata. Ya en mi primer trabajo se hizo presente en los momentos de descanso y de ahí en más no lo dejé o mejor dicho él no me dejó.
Actualmente nos acompaña todos los días. Y cuando estamos de vacaciones con los chicos de Agustín, ellos se suman a la ronda matera. Es muy lindo, ellos también se acostumbraron a tomarlo amargo, porque como toda bebida tiene quienes lo prefieren de un modo u otro.
Bebida de muchos, bebida inclusiva, está presente en el trabajo de un modo más intenso que años atrás. Se coló dejando de lado prejuicios y formalidades. Es que parece en él subyacen además de un sentimiento de unión, el de compañerismo, el de: «hay reunión para tratar tema… Por favor traigan el mate», el de: «Está todo bien», «Vení te escucho», amistad y tantas emociones más. Vaya si se metió en lo laboral, momentos en los cuales, las diferencias de jefes/líderes y empleados el mate las aúna y suaviza.
En las aulas, cuando hay un momento de distención y recreo está presente de igual modo.
El ritual
Todos tenemos un ritual al instante de preparar el mate. En líneas generales, hay que llenar las 2/3 partes del mate (como se llama al recipiente) con yerba.
Muchos lo dan vuelta y sacuden para quitar el polvo (se realiza tapando la boca, de lo contrario vas a hacer mucho lío).
El agua no tiene que hervir (para quien no ceba es difícil de entender). Me ha pasado en el exterior pedir agua caliente y viene hervida, con lo cual la yerba se quema.
Luego, hay que poner la bombilla, el agua se debe verter suavemente sobre ésta, de modo tal que no vaya directo a la yerba. Así, de a poco, se va cuidando un sector del mate.
El buen cebador, una vez que está la yerba «cansada» de un lado, la cambia del otro. El buen cebador hace «aguantar» la yerba.
Compartir
El mate que sabe mejor es aquel que se pasa de mano en mano. Hay personas que por no tomar solos, no beben mate. Está muy presente, con los amigos, en la familia, en las mañanas y tardes.
Te sigue en los viajes. Cuando estuve trabajando en Lisboa vino conmigo…¡Qué desesperación cuando se nos estaba acabando la yerba (eran otros tiempos (y aunque se conseguía salía muy cara!) Por suerte nos ingeniábamos y aquel argentino que nos visitaba, casi cual contraseña de entrada, traía yerba para reponer.
Me ha acompañado a Londres, Milán, Rímini a cada lugar en donde trabajé. Fue compañero en Gottemburgo y en Rusia -muchos inmigrante que vivieron en nuestro país de regreso adoptaron la cultura del mate, igual sucedió en Israel.
Qué lindo es llegar de un viaje y sea la hora que sea preparme unos mates. ¡Son mates de bienvenida! Eso es un placer muy importante, significa estar en casa.
Ni que hablar los mates de la mañana con tu amor. Los del despertar y programar el día, los que dicen te amo o los mates que mueven a un GRACIAS y te llevan a la reflexión.
Cebador
Es la persona que ceba, es decir que sirve el mate. Lo prepara, lo cuida, se preocupa que a todos los integrantes de la ronda, le llegue a tiempo y en condiciones. Está atento o atenta a quien desea seguir tomando o quien ya no.
Es el encargado de convidarte un mate, si recién llegás, es el que «vela» por el mate. Es el que se la banca, porque muchas veces recibe críticas, y él o ella sigue firme ahí con su labor.
Gracias
Se dice gracias cuando ya no querés tomar más mate, no antes. Es muy común que si están tomando mate y vos llegás, aunque no seas del lugar, te lo ofrezcan. Es que el que toma mate convida (si bien para muchas personas sea antihigiénico). Entonces ¿qué hago digo sí o no? It’s up to you, vos sabrás.
Lenguaje
Quedó en desuso o demodé, algún que otro fanático repara en ese lenguaje en lo que quiere decir de acuerdo a cómo esté cebado. A mi me encanta y lo cierto es que cuando veo uno espumoso, muy caliente o frío hago una «cierta lectura».
Acá te compartimos el lenguaje:
Mate con leche: estima
Mate con café: ofensa perdonada
Mate muy caliente: estoy muriendo de amor por tí.
Mate frío: me sos indiferente
Mate muy dulce: Que esperás para hablar con mis padres.
Mate amargo: llegás tarde estoy comprometida
Mate lavado: a tomar mate a otro lado.
Mate espumoso: te quiero con todas las de la ley
Mate frío: no puedo amarte soy de otro o indiferencia.
Con qué acompañar el mate
El mate casi nunca se toma solo y ahi sí que la lista de las delicias es muy, muy amplia.Desde pastelitos de dulce de membrillo y batata, bizcochitos de grasa, chipá, facturas, tortitas negras, tortas fritas, todo tipo de budines, galletitas de azúcar, medialunas de manteca y de grasa, palmeritas dulces, cuernitos de grasa y los productos siguen.
Receta
Esta receta está en «El libro de la Yerba Mate» de editorial del Nuevo Extremo
Budín húmedo con yerba mate y cítricos. No lo hemos hecho, sin embargo en las vacaciones (todavía tengo que postearlo) cociné un budín al cual le agregué un «sáquito de té de manzana» (disculpas a los pasteleros) y quedó muy bueno.
Ingredientes
– Harina 0000 230 grs.
– Polvo para hornear 7 grs.
– Manteca 80 grs.
– Azúcar 240 grs.
– Huevo 3
– Crema de leche 120 cm3
– Sal un pizca
– Cáscara de limón 1 cucharada
– Yerba Mate 35 grs. en polvo
Preparación
1- Batí los huevos con la sal y el azúcar hasta que se forme espuma.
2- Aparte, infusioná la crema con la yerba procesada y tamizada (polvo de mate), agregá la manteca fundida y reservá a temperatura ambiente.
3- Incorporá el polvo de hornear y la harina, previamente tamizados a la mezcla de huevos, hacelo en forma envolvente.
4- Incorporá la manteca y la crema que tenías reservada con la ralladura de cáscara de limón.
5- En un molde de budín enmantecado y enharinado, disponé la preparación y llevá a horno precalentado.
6- Cociná por 20 minutos a horno 180°
7- Esta receta la podés ver en el sitio de la sommelier Karla Johan
8-Cuando esté fría desmoldá y cubrí con chocolate blanco.
Hasta acá un resumen de lo que es el mate, para nosotros los argentinos. Si querés sabér más en Fans del mate, podés averiguar más datos.
Un saludo muy grande a las dos sommeliers de mate que conocemos a Valeria Trapaga y a Karla Johan
Fuentes consultadas: Sabanes Ricardo – Manual del Mate – 1° Edición. Buenos Aires Emecé editores, 2005.
http://yerbamateargentina.org.ar/
“Generalmente creemos que el amor es algo que te va a dar el otro. Cuando, en realidad, el amor es lo que yo doy, lo que yo comparto. Todos somos energía amorosa y nos damos cuenta de esto cuando la compartimos.”
Laura Esquivel