Esta entrada la realizamos cuando llegamos al posteo N° 100, hoy estamos cerca de los 500 y seguimos creciendo.
Igual los números van y vienen, lo que nos importa sos vos como lector, queremos agradecerte de todo corazón por acompañarnos, por estar ahí en cada texto, en cada receta, en cada exquisito vino.
Por creer en nosotros, aportarnos siempre cariñosas y sinceras palabras y por ser
un apasionado.
Lo que más cuesta es el primer paso. Queremos compartir esta celebración con vos, alzar copas por vos, lector querido, lector del mundo.
GRACIAS.
Y por eso hoy queremos emos hablar de los espumantes argentinos.
Espumantes en Argentina
Los espumantes son los vinos que presentan burbujas. El porqué se menciona a la bebida con burbujas espumante o espumoso aquí en nuestro país (Cava en España, Sekt en Alemania, Spumante en Italia) es porque Champagne es una denominación de origen. Por eso, cuando hablamos de la bebida realizada en esa zona de la France, le decimos así.
Según Pablo Lacoste que se hable en Argentina de Champagne es debido a que el francés
Kalles y el alemán von Toll, ambos radicados en la provincia de Mendoza fueron los primeros en crear vinos así.
En cuestión de esta burbujeante bebida, hay varios métodos, los más conocidos son el tradicional, tradicionelle o Champenoise (el más conocido y el más admirado) y el método Charmat.
Los espumantes nacen de vinos tranquilos, preferentemente deben ser vinos que contengan buena acidez, para ello la uva es cosechada antes.
En el método tradicional el vino realiza la segunda fermentación en botella. De este modo el anhídrido carbónico (CO2) permanece en la botella.
A la mezcla se le añade azúcar y levaduras (licor de tiraje). Se forman sedimentos. Para conseguir quitarlos se colocan las botellas con el cuello hacia abajo, en un ángulo de unos 45 grados, sobre pupitres. Durante varias semanas se gira cada botella un cuarto de vuelta, unas dos veces al día, para que los sedimentos se vayan acumulando en el cuello de la botella, junto al tapa corona. Esta acción se denomina removido. Hoy en día la mayoría de las marcas realizan este paso de manera mecánica, en un sistema que se denomina roto pallets. Se hace a mano solo para algunas cuvées de prestigio.
Los sedimentos se congelan y luego se eliminan con el degüelle, es decir se descorcha y el gas despide la parte congelada. En este método tradicional los vinos pasan en botella en contacto con sus levaduras: desde seis, veinticuatro hasta treinta y seis meses.
Finalmente luego del degüelle se añade en la botella un licor con azúcar que se llama licor de expedición. La cantidad de licor de expedición agregada es el que le va a imprimir la cantidad de azúcar en el vino y los espumantes tendrán la categoría del más seco al dulce: Nature, Brut Nature, Extra Brut (probablemente el que más bebas), Brut, Demi Sec y Dulce.
Método Charmat
Se llama así en honor a un francés de apellido Charmat. En vez de fermentar en botella lo hace en tanques de acero inoxidable. Se pone el vino en una cuba y se lo deja fermentar de 10 a 15 días. Después se lo traslada a otro tanque así se estabiliza, se le incorpora el licor de expedición se filtra y se embotella. Desde que se agrega el licor de tiraje hasta su comercialización pasan 21 días
Según Pablo Lacoste el 1er espumante argentino fue el “Champagne KALLES”,
elaborado por Bodega Santa Ana, fundada en 1891 por el francés Charles Kalles en
Guaymallén, Mendoza.
En 1925 la bodega Trapiche posicionó al Monitor. La publicidad decía: El champagne argentino hecho por argentinos, claro ahí nadie hablaba de espumante.
Se elaboraba con uvas blancas Chardonnay, Chenin y Ugni Blanc, las dos últimas muy utilizadas hoy en día, por otorgar frescura y por ser de rendimiento alto.
La bodega Duc de Saint Remy fue una de las pioneras. Importaba Champagne, que luego con la segunda guerra mundial se frenó la importación. Entonces Héctor
Maglione y su hermano Manuel (hijos del primer importador) emprenden la elaboración en Buenos Aires con vinos de San Juan. Con los años, la bodega entró en decadencia y lamentablemente en el 2010 cerró.
Para hablar de los primeros espumantes argentinos podemos viajar a la década del 40 y del 50 en donde ya están la Vieja Bodega Arizu, Nazar Anchorena, Benegas, Trapiche, Toso. Chandon fue otras de las bodegas que se hizo conocida con el espumante.
Cuando se habla de espumantes en la Argentina, no se puede dejar de mencionar a
Pedro Rosell licenciado en enología en Francia, es quien mejor entiende y conoce el espumante argentino. De hecho le dicen “el señor burbujas”. Es un libro abierto.
A los ocho años comenzó a crear sus primeros destilados con cáscaras de naranja, qué mezclaba en un segundo paso con azúcar.
Se graduó de enólogo primero en el Liceo Agrícola y Enológico Domingo F. Sarmiento,
y de ingeniero agronómico en la Facultad de Ciencias Agrarias:
Con una beca del gobierno francés se especializó en el Instituto de Enología de Bordeaux. Ahí su docente fue nada menos ni nada más que Émile Peynaud (el enólogo mas influyente del siglo XX).
Hoy es accionista de la Bodega Cruzat que se encuentra en Agrelo, Mendoza.
Según Rosell “somos grandes consumidores de espumantes y estamos muy bien considerados”.
Ha trabajado exitosamente en bodegas como Navarro Correas, Salentein, Lagarde, Rosell Boher y Cruzat desde 1979.
Pedro es especialista, es la palabra de máxima experiencia cuando de los espumantes se trata. Es detallista, excelente profesor y apasionado. Cuando fui a la bodega Cruzat en el viaje de estudios realmente visitarla siendo él su guía fue un viaje a otra dimensión. Un caballero de las burbujas, un lujo. Comimos como reyes y él mismo había colaborado en los platos. Cuando enseña comunica el vino con tanta pasión, que contagia. Evidentemente la excelencia en todo lo guia y así lo demuestra hasta en su hablar. Algunos de sus alumnos han sido Alejandro Vigil y Sebastián Zuccardi enólogos de renombre.
Otro detalle que prima a la hora de entender la costumbre de nuestros espumantes es que la denominación “Nature” no existe en la región francesa de Champagne. El 90% de los Champagne son Brut, y el “Extra Brut” casi no se usa.
En la elaboración de los métodos hay diferencia. Recordá que los espumantes de
método Charmat son más jóvenes y frutados, los espumantes de método champenoise predominan los aromas a levadura, son de más cuerpo y complejos.
Las uvas que más se utilizan son Chardonnay y Pinot Noir, Sin embargo se emplean además la cepa Viognier cómo la tan nuestra Torrontés.
Hoy hay centenar de espumantes en el mercado, vas a encontrar variedad en las
vinotecas. Es ideal asesorarse porque tenés muchos sommeliers, que se instruyen sobre el tema.
Las Burbujas
Si estás en un cata, la burbuja no se describe a la vista, más allá que siempre son lindas de observar. Se las percibe en boca. En general en el método Champenoise, se nota una burbuja bastante fina y delicada.
Para el maridaje: los espumosos jóvenes, van muy bien como aperitivos y con
pescados, mariscos, y carnes blancas. Los rosé pueden maridar con carnes con
salsas o pastas con acompañamientos más intensos, también con mariscos o con atún rojo.
El método champenoise en nariz se nota notas a pan brioche, frutas secas o pan. Va perfecto con un salmón con salsa de limón o con una trucha arcoiris rellena.
La Ruta del Espumante
Hace unos años se creó este circuito. Ahora la agencia Kahuak en la provincia de Mendoza, te lleva a visitar la Experiencia Espumantes de Mendoza. Visitan las Bodega Chandon, Bodega Cruzat y para terminar realizan un almuerzo de pasos delicioso en Bodega Séptima. Consultá por las salidas, suelen ser los miércoles y sábados.
Fuente: http://asesoresenvinos.blogspot.com.ar/2010/09/vinos-espumantes-metodo-champenoise-o.html
Cómo última anécdota, una amiga mía, no toma vino, sin embargo cuando le ofrecen un espumante o un Champagne (hemos viajado a Francia juntas) a las burbujas, le dice sí.
Esperamos te haya gustado esta entrada sobre una de las bebidas que dicen: “a las
mujeres nos ponen mimosas”. El hecho de mojarte los labios con un espumante te dibuja una sonrisa, no sólo en el rostro, sino – a nuestro entender- también en el alma.
¡Gracias nuevamente por acompañarnos e inspirarnos. Salud, hoy y siempre. Qué siempre tengas un motivo para alzar una copa en tu vida!
¿Con quién tomarías un espumante?
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