Los vinos de Mil Suelos y su armonía con los platos típicos argentinos


Llega el 25 de mayo, época de brindis varios alrededor de una mesa patria donde brillan platos potentes llenos de historia y memoria afectiva. Y el portfolio de Mil Suelos, abarcativo en foco y en estilos, ofrece amplias opciones al momento de acompañarlos.

Al momento de empezar el recorrido de la mesa del 25 de mayo, las empanadas son definitivamente la opción más popular. Y dependiendo del gusto de los comensales, los caminos a seguir son varios: fritas, al horno, de carne o vegetarianas.
Aquí, nuestra línea Manos Negras ofrece la versatilidad y flexibilidad necesarias de la mano de dos opciones: Manos Negras Chardonnay y Manos Negras Stone Soil Malbec. Manos Negras Chardonnay se elabora con uvas de Los Árboles, Tunuyán. El vino no pasa por fermentación maloláctica, para conservar la fresca acidez de origen, y su vinificación incluye trabajos de battonage para favorecer su volumen. Su gran equilibrio entre fluidez y delicado peso en boca, y su agradable paso por el paladar, lo hacen ideal tanto para balancear la fritura de las empanadas como para acompañar las opciones con relleno de vegetales.
Y para aquellos que prefieran acompañar sus empanadas con vino tinto -tal vez la opción más clásica si el relleno es de carne- Manos Negras Stone Soil Malbec ofrece textura y frescura, reflejando los suelos calcáreos y pedregosos de Paraje Altamira en los que nace. A eso, le suma el cuerpo sedoso y los taninos pulidos derivados del paso de por barrica de roble francés -con un pequeño porcentaje de barricas nuevas- durante 12 meses.

En el caso del rey indiscutido de la cocina patria argentina, el locro, la co-fermentación Teho El Corte ofrece el balance entre la gran concentración con marcado carácter mineral del malbec, y los aromas frescos de hierbas con excelente estructura del cabernet sauvignon. Conjunción que equilibrará perfectamente la complejidad y fuerza del plato.
Para quienes quieran aventurarse a armonizar el locro con un vino blanco, Teho Semillón brinda un amplio abanico de sensaciones para complementarlo. Elegante y expresivo, este vino se origina en un viñedo plantado en la década del ‘70 en La Consulta (Valle de Uco), y fermenta en barricones usados en los que luego también pasa una guarda de 10 meses con trabajo de lías. El resultado es un blanco floral, con notas salinas y recuerdos de frutos secos y un medio de boca delicadamente sabroso.
Y si llegó el momento de prender la parrilla para el choripán, los vinos blancos y rosados traen el toque refrescante para que la boca quede lista para el siguiente bocado.
En el chardonnay Buscado Vivo o Muerto Las Tunas -nacido en suelos arenosos en Los Árboles, Valle de Uco- la fluidez llega acompañada por aromas a frutos de carozo y tropicales, con un gran volumen en boca y acidez media. El vino fermenta en huevos de hormigón con movimiento de borras, y luego pasa 10 meses de crianza en los mismos recipientes.

 

Mientras tanto, en el caso de Flora Rosé, la gran acidez natural es cortesía tanto de su cepaje -100 por ciento pinot noir- como de una cuidadosa cosecha temprana. Este rosado macera en frío con sus pieles y luego fermenta en tanques de acero inoxidable durante 25 días. Sin maloláctica ni paso por barrica para conservar su sutil expresión, en boca se despliega con notas a fruta roja fresca y hierbas.
De esta manera, una vez más, Mil Suelos demuestra que su extensa y precisa investigación sobre suelos y microterruños da los frutos necesarios: un espejo de la maravillosa diversidad vitivinícola argentina.

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